Casarse por la Iglesia supone…
Buscar a Dios como eje fundamental de la decisión a tomar. Casarse sin condiciones. Con el deseo de vivir ante la sociedad y la Iglesia como servidores del Señor, desde el matrimonio y la familia
Es recibir un SACRAMENTO; no es un mero trámite, una ceremonia protocolaria, un rito vacío de contenido. Es una acción sagrada de Cristo y de la Iglesia, que sitúa a los contrayentes en un plano superior, que santifica y fortalece, que los contrayentes actúen con total libertad y por su propia voluntad.
EL MATRIMONIO CRISTIANO SUPONE Y EXIGE DE LOS NOVIOS…
Una entrega total y plena. A lo largo de toda la vida.
Porque así ama Dios y los esposos cristianos son llamados y se comprometen a ser el signo de ese amor. Cuando os personas deciden entregarse por completo el uno al otro para siempre y así lo manifiestan ante Dios en Su Iglesia, ellos mismos, por su propia voluntad, establecen un vínculo sagrado que es indisoluble.